Siento tu frío,
siento tu terror!,
una exquisita nostalgia,
perfumada de sombras.
Ese aroma que solo se distingue en el dolor, en el amor...
Y tú, ¡ Has apagado acaso la luz que inunda tu alma,
solo para reconocerte en la más cruel y solitaria oscuridad?
Envuélvete en el eco de mi risa,
mientras recorres mi espalda,
yo quiero ser tu guía,
en esta existencia sínica, espesa, congelada...
que tan sólo nos agota.
La muerte nos reclama desde lejos,
luego se acerca, retuerce su boca putrefacta,
y sus ojos nos producen arcadas...
Y un desesperado grito nos libera ,
incondicionalmente nos conduce en esta vida, sí, así es,
"nada es real", un leve murmullo me confirma,
que la mentira es el sinónimo de la "existencia"...
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